C.E.I.P. Eugenio María de Hostos. Madrid 22 de Mayo de 2018
Carmen Arroyo Mansera.
email carmenarroyomansera@gmail.com
Buenas:
Quería agradeceros la oportunidad que me habéis dado de compartir
con vosotros el espacio de vuestros talleres. El debate que generáis,
como siempre, es muy interesante. Realmente no dio tiempo a debatir
sobre todos los contenidos que abordamos, por lo que quería dejaros
un pequeño resumen. Así también quien no haya podido asistir puede
estar al corriente de las conclusiones a las que llegamos.
Tal y como dijimos en la presentación, el objetivo era hablar de los
“factores de protección” que podemos proporcionar a nuestros
hijos frente a la violencia de género, tanto a los niños como a las
niñas; es decir, aquellos aspectos que les van a dar recursos para
poder evitar el reproducir las agresiones de género y si las sufren,
que nos les produzcan daño.
El punto de partida fue plantearnos cómo tanto las niñas como los
niños adquieren, a lo largo de la infancia, una imagen social
ridiculizada de “ser chica” y “ser mujer”. Así se evidencia
tanto en muchos ejemplos que vivimos en la vida cotidiana como en
numerosos videos que encontramos en “youtube”, también en
chistes, en afirmaciones y generalizaciones.
1ª PARTE:
Vimos cómo niños y niñas se van formando una idea de ellos mismos
desde que nacen, a través de los mensajes que reciben, cómo les
hablamos, cómo les vestimos, los modelos que les transmitimos.
También vimos que la agresión de género se produce cuando dos
personas se relacionan desde la desigualdad y la jerarquía entre
ellos, de esta manera se hace posible las relaciones de dominio y
sumisión. EL SEXISMO SE APRENDE EN LA INFANCIA, LA IGUALDAD
TAMBIÉN (M. José Díaz Aguado).
FACTOR DE
PROTECCIÓN PARA NIÑOS Y NIÑAS
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QUÉ PODEMOS
HACER: DIALOGAR
CON ELLOS/ELLAS Y ESCUCHARLES
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Una imagen de sí
mismos y una autoestima positiva, adecuada y realista,
probablemente tendrá menos necesidad de “estar por encima de
los demás”, igualmente será más difícil que acepten un papel
de sumisión
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ESPEJO: Si
los adultos devolvemos una imagen positiva al niño, a la niña,
si se sienten queridos y escuchados, si tenemos en cuenta sus
sentimientos cuando les regañamos y lo hacemos en privado para no
dañar su imagen pública… etc., les ayudaremos en su
autoestima.
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Si no les ponemos
etiquetas negativas “este niño o niña es…”, probablemente
no se verán abocados a reproducir esos mismos comportamientos
negativos. Si no les etiquetamos les dejaremos ser ellos mismos.
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ETIQUETAS: Evitar
el “este niño o niña es…” ya que esas palabras que decimos
desde que nacen, van marcando sus comportamientos y su futuro. Si
no les ponemos “etiquetas”, les dejaremos ser como realmente
quieren ser.
Nosotros no nos
damos cuenta de ello, son cosas que hacemos sin ser conscientes.
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Los niños y las
niñas aprenden imitando y tomando los modelos que ven. Si viven
entre adultos igualitarios probablemente no van a reproducir este
tipo de relaciones en el futuro.
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MODELO: Los
padres somos el principal modelo de nuestros hijos. Si revisamos
nuestros modelos de relación y de “ser hombre” y “ser
mujer”, podremos encontrar nuestras propias contradicciones para
cambiar y mejorar.
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Los modelos de
referencia femeninos y masculinos y las relaciones entre las
personas que transmite la publicidad, el cine etc., son altamente
sexistas y no igualitarias; muestran a la mujer hipersexualizada,
y su cuerpo como un objeto de consumo. Si conseguimos neutralizar
estos mensajes, las niñas y los niños probablemente crecerán
más igualitarios.
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ANALIZA: Podemos
exigir a la sociedad a los políticos etc. Pero también, y sobre
todo, podemos analizar estos aspectos con nuestros hijos e hijas,
criticarlos, estimular su espíritu crítico ante las cosas que
ven, el consumismo…
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Un niño, una niña
que tiene capacidad de ponerse en el lugar de los demás y de
captar su sufrimiento (empatía), probablemente no querrá hacer
sufrir a sus iguales.
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EMPATIA: Si
nosotros mostramos empatía hacia las personas que nos rodean,
nuestros hijos e hijas nos van a imitar.
Cuando tienen un
comportamiento que produce dolor a otro niño, podemos ayudar a
reflexionar sobre ello para que puedan aprender las consecuencias
de lo que hacen.
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A los niños y las
niñas les da seguridad los límites que les marcen el camino a
seguir en su andadura hacia el mundo adulto y ésto les protege,
les ayuda a autorregularse, aprenden a decir no, sus derechos y
también sus deberes. Los niños y niñas que crecen con límites
claros y coherentes, probablemente tendrán más seguridad en sí
mismos, tendrán menos necesidad de “quedar por encima de otros”
y no aceptarán situarse en posición sumisa.
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LIMITES: No
debemos tener miedo a poner límites, claros y coherentes, que
permitan a ellos y a ellassaberun camino a seguir, las
consecuencias y nuestra reacción cuando no respeten dichos
límites.
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Los niños y niñas
que no se sienten obligados a “ser el primero”, “ser la
mejor” viven lo que les va sucediendo con más tranquilidad, se
sienten menos estresados. Probablemente serán menos competitivos
y tratarán mejor a sus compañeros y compañeras porque no se
sentirán empujados a “machacar a nadie” para sobresalir.
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AUTOESTIMA: Es
bueno que ajustemos nuestras exigencias a sus capacidades. Que
comprendamos sus fracasos, que cuidemos su autoestima.
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Los niños y niñas
que van evolucionando en su desarrollo moral y ético a través de
la reflexión van interiorizando el sentimiento de necesidad de
justicia que, probablemente, les llevará a tratar mejor a su
entorno.
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ACOMPAÑAR: Es
bueno que les ayudemos y acompañemos en esta evolución, siempre
echándoles una mano para que reflexionen según
su nivel de desarrollo cognitivo.
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Los niños y niñas
que aprenden a manejar los conflictos, probablemente manejarán
mejor los problemas que se les plantean en la vida.
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ESCUCHAR: Cuando
nos cuentan sus problemas con otros niños y niñas podemos
ayudarles a reflexionar en la búsqueda de soluciones alternativas
a la vía agresiva, que es la más fácil.
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Las niñas y niños
que viven en un entorno que rechaza, de forma expresa, toda forma
de violencia, probablemente serán más críticos con ella.
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RECHAZO A LA
VIOLENCIA: La vida diaria les muestra continuamente
situaciones en que hay personas que utilizan la violencia en
alguna media. Podemos estimular la crítica y manifestar nuestro
rechazo hacia toda forma de violencia
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Para identificar estos aspectos utilizamos pinceladas de distintas
teorías del desarrollo del niño que os pongo aquí por si alguien
quiere profundizar sobre ellas: Teoría de la mente y neuronas espejo
(para analizar cómo se produce el proceso de imitación), la Teoría
de modelaje de Bandura (para analizar la adquisición de “modelos”),
la Teoría de sistemas de Bartalanaffy (para analizar las relaciones
familiares y la familia como grupo de individuos), el Psicoanálisis
(para analizar el poder de la palabra de los padres en la vida del
niño, las “etiquetas” y los límites), el nivel de desarrollo
Moral de Kohlberg (para analizar cómo van organizando su sentido
ético), Teoría del desarrollo de Piaget (en relación con el
desarrollo moral).
2ª PARTE:
En una segunda parte vimos los resultados de un estudio cualitativo
realizado en la Comunidad de Madrid entre 2009 y 2010, fue un estudio
grande y riguroso; aunque han pasado 8 años desde entonces, sigue
siendo válido en sus conclusiones: “Violencia
de Pareja hacia las Mujeres en población adolescente y juvenil y sus
implicaciones en la salud”. En
él se utilizó una metodología cualitativa y se formaron grupos de
discusión y entrevistas en profundidad que se llevaron a cabo con
adolescentes entre 12 y 17 años. De esta forma se recogió lo que
los chicos y las chicas piensan de la violencia de género, sus
percepciones, el grado en el que se sienten afectados, qué aspectos
de la violencia identifican como tal etc.
Vimos las concepciones que los chicos y las chicas mostraban de la
violencia de género. Ambos grupos se definen como personas que han
crecido en relaciones igualitarias. Los chicos perciben la violencia
de género como algo ajeno a ellos, concerniente al mundo adulto y
solo identifican la violencia física, viéndola como un acto cobarde
(ya que se ejerce realiza hacia un ser más débil), sin identificar
otros tipos de violencia. Sin embargo, las chicas sí se sienten
vulnerables ya que a cualquiera de ellas le podría suceder. Son
conscientes de que la mujer que sufre violencia de su pareja, para
evitar la violencia física, se ve obligada a llevar una tipo de vida
que la anula como persona, y esto les escandaliza. Por todo ello son
más receptivas a las intervenciones de prevención. Chicas y chicos,
piensan que el hombre que ejerce violencia tiene algún desequilibrio
personal, mental o familiar que le lleva al descontrol.
A través de toda esta información se identifican las líneas de
prevención en los distintos grupos de edad que están especificadas
en el documento.
En nuestro taller nos hemos centrado en los resultados obtenidos de
la etapa de LA NIÑEZ, EL PERIODO DE EDAD DE 7 A 11 AÑOS.
A esta edad, si uno observa a los niños y niñas jugando en el patio
del colegio, en el parque… vemos que los grupos de niñas y niños
dejan de jugar juntos y, de toda la vida, los niños “se han metido
con las niñas” a esta edad, “las han chinchado”. En los juegos
en los que se emplean aspectos físicos las niñas siempre salen
perdiendo. Empiezan a aparecer las expresiones despectivas “hacer
las cosas como una niña” el insulto “nenaza” o similar, etc.
Los adultos vemos estos comportamientos como “cosas de niños” y
como algo normal, “siempre ha sido así”. Igualmente es frecuente
que comiencen a segregar a los niños que por alguna razón tienen
algo de diferente. Algo que resulta llamativo: que se metan con las
niñas parece normal, sin embargo que se metan con los niños por “la
diferencia” nos escandaliza.
En este estudio, al analizar lo que los chicos y las chicas iban
relatando acerca de las experiencias que tuvieron a esa edad, se
observó que esta edad ha sido clave para ambos en
su manera de interiorizar el “ser chico” y el “ser chica”. En
el relato de ambos se observa se va desarrollando este proceso, de
separación entre los grupos de niños y los de niñas. En los juegos
infantiles masculinos altamente competitivos, en los la fuerza física
es lo que tiene mayor importancia, tanto las niñas como los niños
que no son capaces de lucirse van a sufrir burla. Si la chica supera
al chico, la burla es mayor por parte de éste, por la “afrenta”.
Esta burla hacia “las niñas en general”, por el hecho de ser
chica, supone una desvalorización del “ser chica”. En el
discurso de las chicas se observó cómo esa forma infantil de
relacionarse chicos/chicas, en las que han sido menospreciadas les ha
producido daño. A esta desvalorización hay que unir la imagen de
chica y de mujer que van percibiendo de la sociedad, de la publicidad
del cine, etc. en un momento en que los niños son “esponjas”.
Así las chicas se refugian en el grupo femenino como espacio de no
agresión, desde la palabra. El grupo de chicas ampara también a los
chicos desintegrados del mundo masculino (que no se ajustan la
competitividad). El grupo de chicas es la antítesis del grupo
masculino.
Resulta curioso que estos chicos y chicas han vivido en familias y
coles que se han planteado las relaciones igualitarias y ellos mismos
se definen como generación del trato en igualdad.
Insistimos que tanto niñas como niños repiten este esquema de forma
no intencionada, probablemente porque “siempre ha sido así”,
porque han visto a los chicos y chicas mayores hacerlo antes, porque
se les deja que lo hagan. Pocos adultos les corrigen en estos
comportamientos de niños hacia las niñas, porque está normalizado.
Analizamos algunas de las características de los
niños y niñas a esta edad para buscar claves que nos puedan ayudar
a pensar lo que podemos hacer.
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Etapa de las operaciones concretas (de 7 a 12 años) comienza a desarrollar la lógica pero desde lo concreto, empieza a abandonar el egocentrismo
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Hacia los 9-10 años empieza el pensamiento analítico hace suyas las normas, aparece la conciencia y la moral, todo ello junto con la lógica le ayudan a manejar “los instintos”
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Es la segunda época de los porqués
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La realidad empieza a ser entendida por partes, pero no de manera global
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Observan y hacen críticas
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Empiezan a construir su imagen/concepto de sí mismo: autoestima privada.
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Hacia los 8-9 años aparece el segundo pico de petición de autonomía
-
En cuanto al desarrollo moral a esta edad están evolucionando en estas etapas:
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ETAPA 2 : Se mueven para obtener algo a cambio (elogio también vale)
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ETAPA 3 hacia los diez años: Comportamiento bueno y generoso solo hacia su grupo de amigos, familia
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ETAPA 4 el grupo de amigos impone normas no justas, arbitrarias
Como vemos, a estas edades el desprestigio público y en grupo
produce un gran daño en el niño o niña que lo recibe, porque en
esta edad van consolidando la imagen y concepto de sí mismos, de
cómo ser “chica” y cómo ser “chico”. También es una edad
en la que, a través del razonamiento se les puede ayudar a la
autorreflexión y la crítica de los actos propios y de los demás.
Desde el punto de vista ético los niños y niñas que producen
agresión a otros están evolucionando en su lógica y razonamiento,
todavía no están cuestionando las normas duras y arbitrarias que
imponen los grupos.
Evidentemente los niños y las niñas no son conscientes de este
proceso. Evidentemente también, no todos los chicos tienen este tipo
de comportamientos. Los chicos cuando “chinchan” a las chicas no
lo hacen con el objetivo explícito de agredirlas (a veces sí…).
Pero lo cierto es que esta forma de relacionarse entre ellos daña,
claramente, a los niños y niñas que no entran en los cánones de
competitividad/agresividad del mundo socialmente “masculino”
El trabajo señala como agresión de género a trabajar a la edad de
7 a 11 años la de “chinchar a las niñas”. En esta línea
debería involucrarse las familias, la comunidad escolar y la
sociedad. En el taller debatimos qué podríamos hacer cada uno, este
tema debería formar parte de las preocupaciones de familias y
profesores, estableciendo una estrategia para abordar estas actitudes
que están “normalizadas” y, por tanto, aceptadas en las
relaciones entre niñas y niños. Como conclusión final diríamos
que se hace necesario TRABAJAR PARA EL BUEN TRATO ENTRE NIÑOS
Y NIÑAS.
Las conclusiones del estudio que os he traído están sirviendo para
establecer las estrategias y líneas de trabajo en la prevención de
la violencia de género. Os dejo el folleto que la Consejería de
Sanidad ha elaborado dirigido a la comunidad escolar.
Por mi parte dejo la puerta abierta por si queréis que, más
adelante, continuemos analizando otros aspectos, otras edades... Os
he dejado mi dirección de correo electrónico por si alguien quiere
contactar conmigo.
Os dejo la referencia de los dos trabajos (el que he mencionado antes
y otro más) que son de acceso público en internet, en páginas
oficiales de la Comunidad de Madrid, por si alguien quiere leer más.
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Violencia de Pareja hacia las Mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud. Realización Luis Seoane Pascual. Dirección y supervisión Servicio de Promoción de la Salud
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Prevenir la violencia de género desde la escuela. María José-Díaz-Aguado. Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad Complutense de Madrid.
Un saludo,
Carmen Arroyo Mansera.
email
carmenarroyomansera@gmail.com
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de interés: